Asalto al Congreso de EE.UU: No solo los políticos deben revisarse

Sin importar la ideología, los hechos ocurridos el pasado miércoles en el Congreso de los Estados deben ser inaceptables para el mundo entero. Estas son las principales pruebas de que, como sociedad, estamos mal.

Creemos en que la gente y nuestros representantes políticos se definen por el partido político al que siguen. Pensamos que está mal sentirse identificado por un candidato del partido contrario al que has seguido toda tu vida.  El discurso que asegura que “todos los demócratas son socialistas”, utilizado por Trump desde el comienzo de su campaña, es una prueba de eso: metieron en una misma caja a todos los de un mismo partido político y la gente se lo creyó, a pesar de tener muestras de que dentro de cada partido hay candidatos con visiones y propuestas totalmente distintas.

Otra prueba es la tendencia a seguir al presidente Donald Trump solo por tener una postura totalmente opuesta al país de donde huyeron, como es el caso de algunos venezolanos y cubanos.  No es así. Irse por el otro extremo no es aprender la lección que, lamentablemente nos hizo huir de nuestro país. Votar por un candidato solo por el partido político que lo apoya es un atajo para quienes no quieran investigar a fondo lo que el candidato propone y su visión y puede salir muy caro. Si no lo cree, entonces observe lo que está sucediendo ahora en EE.UU.

Este tipo de atajos nos trae a lo que sucedió el pasado miércoles en el Congreso estadounidense. Es más fácil asentar a lo que el líder político que sigues dice que ir a la fuente. Es más fácil creer que se robaron las elecciones que investigar si hay pruebas y qué es lo que dice el bando contrario. Es más sencillo protestar desde la rabia y dejar los estragos que causaron al actuar con violencia que manifestar de forma pacífica, con objetivos claros y un conocimiento real de lo que está sucediendo.

Es que lo que realmente es más fácil y es el causante de todo este desastre es incitar al odio. Tener un discurso que toque el rencor de la gente para hacerlos creer que velas por sus intereses es, sin duda, el camino más corto para generar una reacción y es lo que generó el lamentable acto violento que se vivió en el Congreso de los Estados Unidos.

Con esto nos damos cuenta que, más allá de los líderes políticos la sociedad está realmente mal. La reacción violenta del pasado miércoles está alimentada sobre todo de la necesidad que tiene el ser humano de defender que lo que ellos creen es lo bueno, mientras que “el otro” defiende lo malo. Entrar a la fuerza, generar destrozos e incluso robarse lo que está dentro de una de las instituciones más respetadas de un país es, sin duda, producto de la crisis actual del ser humano donde no sabe qué está bien y que no y eso, aunque muchos no lo crean, es más peligroso que ser de “derecha o izquierda”, que realmente no tiene nada de malo.

La violencia es la reacción más desesperada y, a la vez, peligrosa que tiene el ser humano. Es por esto que debe ser inaceptable, sobre todo cuando es una amenaza para la democracia de un país. La violencia es la demostración de que tenemos algo por dentro que se está pudriendo y solo nosotros podemos comprender de qué se trata y cómo solucionarlo, pero para eso no hay atajos. Lean, infórmense de quiénes los representan y déjense de fanatismo.