EDITORIAL
No hubo testamento…
El 2020 no pudo ser peor y por consiguiente no hubo ni testamento de año viejo el 31…
El Gobierno y su “planeación de recuperación” dejan como legado la triste historia de no poder dejar nada que se avizore como buen futuro para el 2021 y peor para los próximos años del siguiente Gobierno.
Un maquiavélico accionar por parte de muchos de los elegidos nos dice a ciencia cierta que fueron los mejores jefes de campaña para preparar el retorno político de los que se fueron, y debe ser por cuanto del mismo barco nacieron, aunque rápidamente les abandonaron, sirve como base fundamental de campaña para retornar triunfantes si no es el 21 será el 25. Esto se puede aseverar ya que si es claro que hoy está el país mucho peor que Hace 4 años, dentro de otros 4 no se avizora mejoría posible debido a las circunstancias no solo nacionales, sino mundiales.
Los que lleguen al poder en las próximas elecciones deberán ser unos verdaderos artífices de la economía o sucumbirán rápidamente en la tempestad de la desconfianza y deslegitimación de sus propios electores. Heredan un país profundamente dividido, económicamente destrozado y socialmente desconcertado.
La única suerte y esperanza es que los ecuatorianos somos gente de aguante y de paciencia y por ello pueda ser que soportemos aún un poco más de problemas, esperando claro está, que algún día no muy lejano llegue alguien verdaderamente comprometido con su nación.
Que sea este un año de empuje y cambio, un año de poder dar vuelta a la página, dejando atrás, tanta ineptitud, sinvergüencería y corrupción…
