Julio X Ponce

Y al racismo a flor de piel, ¿Quién lo detiene?

Nos asustamos con lo que vemos y no sancionamos ni rechazamos lo que se publica, los insultos denigrantes o las agresiones verbales que día a día son empleados en las redes sociales...
lunes, 14 de septiembre de 2020 · 06:45

Hace pocos días todos fuimos testigos, ya sea por las noticias, el internet o las redes sociales, del asqueroso suceso que vivió una pareja de ecuatorianos en España por la agresión de tres adolecentes quienes discriminaban y escupían a los ecuatorianos en el tren. Esta realidad no nos debe causar la menor de las sorpresas, pues en un mundo como el que vivimos con falta de todo tipo de valores y que vive el día a día de los chismes y diretes de lo que ven en las redes sociales, solo deja que se alimente más a esta juventud de cosas negativas que positivas.

Nos asustamos con lo que vemos y no sancionamos ni rechazamos lo que se publica, los insultos denigrantes o las agresiones verbales que día a día son empleados en las redes sociales, ocultados detrás de una pantalla dicen, denigran, maltratan y por bajito acusan como dueños de la verdad y se creen jueces menospreciando y atacando con un teclado de manera irresponsable. ¿Están creando un mundo mejor? ¿Qué es lo que pretenden dejar a sus hijos como ejemplo de valores y de madurez?

Para atacar el racismo, que siempre ha existido, deberíamos empezar por la casa de uno, inculcando a nuestros hijos a respetar a los demás y a respetar sus opiniones, respetar de donde vienen y enseñándoles que el mundo está compuesto por diferentes etnias, culturas y pensamientos, así como religiones e ideologías, pero sobre todo, y aunque suene repetido, inculcarles a respetar las diferencias y para hacerlo debemos dejar de escondernos para insultar a quienes no comparten nuestras creencias detrás de una red social o de una conversación de WhatsApp. Aprendamos de una vez por todas que el mundo digital al que nos ha tocado migrar de todas partes, es un mundo mentiroso sin moral sin ética y peor aún sin valores, lleno de falencias y envidias. Aprendamos a quitarnos esa careta de herramienta digital y trabajemos para que todos detrás de ese teclado o de esa pantalla de Twitter o Instagram existan comentarios racionales, respetuosos y reales desde usuarios que incluyan respeto en sus palabras y en sus comentarios. 

Repito, al racismo a flor de piel, ¿Quién lo detiene? ¿Creen ustedes que en un mundo digital con los valores que nuestra sociedad y la del mundo inculca en las redes se lo detiene? ¿No sería lógico empezar por controlar la manera de expresarnos de la gente en las redes y de sus creencias o sus procedencias para afrontar esta realidad una herramienta interesante para detenerlo?

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios