IVAN MENA G.

¿Por qué se necesita un buen vicepresidente?

No nos merecemos que asuman este cargo los neófitos, vivarachos o cirqueros de la política...
domingo, 13 de septiembre de 2020 · 07:00

Yo Creo que SI y un buen candidato que reúna estas condiciones: honesto, preparado en una materia de Gobierno, capaz de hablar correctamente en nuestro idioma oficial  y físicamente apto para el desgaste que le exigirá ese cargo, y explico.

Nuestra historia republicana tiene ejemplos de Presidentes que fueron reemplazados por el Vicepresidente, que fue su binomio electoral, sea para terminar el período o para reflotar nuestra infante democracia. Antaño presidía el Congreso como tarea obligatoria por ley, con el fin de neutralizar los golpismos y sabotajes legalizados por los Diputados de esas épocas de ingobernabilidad.

¿Por qué le sucedería? porque es BINOMIO que significa conjunto de dos partes que hacen un todo en una relación indivisible por un fin común, o dos personalidades que se presentan a una elección de manera conjunta e inseparable. Algunos de los que asumieron ese cargo dejaron un buen legado demostrando que es necesario un buen Binomio que se elegía como representación regional dada las diferentes concepciones de País en cada región por  lo cultural, económico y social. La actual Constitución 2008, novelera, garantista, de los 300 años, en sus artículos 141, 143,146, ya ponen en claro que las mismas condiciones, requisitos, derechos y obligaciones las tiene el Vicepresidente como el Presidente. El Código de la Democracia en sus artículos 89,91 y 95 confirman el concepto de binomio inseparable, por ende no es su subalterno ni su suplente, es su similar por ser de iguales condiciones en la calificación electoral. Su calificación  no debe ser por la cantidad de diplomas sino por una sólida formación moral y apoyada con un sólo título universitario, no busquemos estudiosos imprácticos y amorales.

Supongamos escenarios para la sustitución o sucesión: que el Pre candidato Presidente fallece de Covid-19 antes de las elecciones, que fallece después de ser electo, o que tiene una incapacidad física que imposibilita ejercer el cargo, quizá es destituido o sentenciado por delito cometido, también puede ser  por revuelta social en su contra. Hoy por ley recibe tareas por dádivas, zancadillas o incapacidades del Presi, para que no le serruche el piso  o no le quite encuestas, dejando  un segundo de a bordo incómodo e inactivo. No es ético tener un Vice  desocupado con sueldo y un séquito de empleados a su servicio.

Cualesquiera sean los motivos necesitamos un buen  Vicepresidente, obviamente pondrá su sello personal en su comportamiento, en el círculo de colaboradores, Todo lo descrito y  que usted lector añada, hace que siempre sea necesario un buen compañero de fórmula electoral. La  Constitución en el Art.144 lastimosamente solamente obliga al Presi a durar 4 años, omite al Vice, ¿no hay para qué y puede ser cambiado como Ministro fusible? Este ciudadano nos cobrará pensión vitalicia que todos le pagaremos, por eso debemos exigir que sea un hombre o mujer de altas cualidades y no tener el escarmio de una Vice Presi por tres días con doble pensión, o Vice preso que cobra, una Vice enjuiciada  con otro cargo aparte que cobra pensión, otro Vice que renuncia por si acaso.

En el ámbito internacional, la presencia y opinión del Vicepresidente en una referencia a la política  del Estado y eso eleva la importancia de su voz; sería un apoyo como mediador, apaciguador  de conflictos que no debe tratar el Ministerio del Interior, también un buen impulsador de soluciones puntuales con menos resistencia a un Ministro, debe ser la voz de alerta a errores o excesos  del Presidente o su círculo. Hoy vemos candidatos de toda índole como  relleno de la inscripción y de la papeleta que ya no representan a los sectores productivos de la sociedad sino a grupitos ideológicos, por eso no importa quién sea, con las debidas excepciones. Por estas razones no debemos olvidarnos  de la historia política con sus buenas y malas experiencias y que no repitamos este retroceso moral vivido.

No nos merecemos que asuman este cargo los neófitos, vivarachos o cirqueros de la política; por ello la lealtad al País, a sus compatriotas, no al Presidente o al círculo que lo postuló, peor a una ideología fracasada o disfrazada. Para seguir en el siglo XXI con optimismo -porque las personas hacemos las ideas y somos quienes cumplimos las promesas- necesitamos un buen binomio que nos de fe de País, por ley con funciones específicas mínimas para valorar su desempeño en este alto cargo.

Valorar noticia

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia