¿Y si despierta Salcedo?

El Ecuador está siendo azotado no solamente por el nivel de mortalidad más alto del mundo a causa de la pandemia del Covid – 19 en relación al número de infectados y de su población, sino que además afronta una ola de denuncias por casos de corrupción que salen a la luz pública derivada de cuantiosas adquisiciones de insumos médicos que involucran a funcionarios públicos, políticos y por supuesto a contratistas que hoy en día son personajes fundamentales para desbrozar estos hechos.

El problema de estas contrataciones no radica solamente en los evidentes sobreprecios, ni en que existen centenares de contratos adjudicados a un mismo grupo de empresas, ni que la ciudadanía perciba como injustificable que estos contratos se hayan ejecutado en plena emergencia sanitaria, sino que además y lo verdaderamente impresentable, es que los supuestos beneficiarios de los contratos presuman públicamente las mieles que deja la corrupción y encima más lo hagan en compania de varias personalidades que en varias ocasiones han ostentado cargos de elección popular.

Si bien estos contratos se presentan en varios niveles de gobierno, talvez los más llamativos son los que involucran a Daniel Salcedo, un personaje que a su corta edad es uno de los mayores contratistas de los hospitales estatales de Guayaquil, es propietario de importantes bienes raícen en Ecuador y Estados Unidos, es amigo cercano de la familia Bucaram y es precisamente esa familia que tiene entre sus miembros al menos a cuatro personas con órdenes de detención con fines investigativos precisamente por los contratos públicos cuestionados de insumos médicos.

Semanas atrás el señor Salcedo, otrora procesado por la Fiscalía General del Estado, se accidentó en Perú al salir sin registro migratorio y con documentos adulterados. Desde el día de su accidente se encontraba en estado crítico, sin embargo, hoy en día su estado de salud es estable y está a pocas horas de encontrarse en condiciones de valerse por sí mismo para poder declarar ante la Justicia de Ecuador.

La pregunta que muchos se hacen es ¿si este ciudadano va a lograr confirmar la hipótesis de la Fiscalía, y si es así, se acogería a una cooperación eficaz brindando datos certeros sobre la participación de personajes de la política ecuatoriana para evitar una pena severa en su contra? Las interrogantes se dilucidarán en poco tiempo, ya que recuperando su estado de consciencia tendrá que afrontar una serie de procesos investigativos que pueden decantar en determinar responsabilidades de orden penal.

Hoy más que nunca el Ecuador necesita transparentar y mejorar los mecanismos de contratación pública, en aras de salvaguardar el interés público y el patrimonio nacional. Esperamos que además se sancione a los responsables de estos posibles desfalcos, siempre y cuando sean objeto de un proceso penal imparcial, en el que se garantice el Derecho a la Defensa así como la presunción de inocencia hasta que exista una sentencia en firme.