Ecuador saldrá de esta

En el verano de 1984 salí de mi casa, en los Estados Unidos después de mi graduación del colegio. Estaba lleno de dudas de cómo era Ecuador. Antes, no había tanta información como ahora acerca de los países que vas visitar. Era la época del intercambio  y llegué al Ecuador. Este sería mi país durante un año. Estudié en el Colegio Particular Sánchez y Cifuentes en Ibarra.

Mientras estoy en mi casa, en los Estados Unidos, encerrado por miedo al contagio, no dejo de pensar en Ecuador. En los difícil que será para mi segundo país, salir de esta. Pienso en la que es mi familia allá, en mis amigos en Quito y en Ibarra. Cuando digo familia, hablo de dos familias con quien vivía hace 36 años por el intercambio del Club Rotario, en Ibarra.

Vivo en Pennsylvania y el día que comenzó la locura de la pandemia, solo tuvimos  dos días para preparar y encerrarnos. Fue cuando me di cuenta que este año iba a ser distinto, mi viaje a Ecuador quedaba cancelado.  Miré que el virus se extendía de forma preocupante en Europa, especialmente en España e Italia. Pero solo días después, la pesadilla empezó también en Nueva York. Pronto el Estado donde vivo también empezó a ser un foco del virus.

Cerraron colegios, universidades, centros comerciales, tiendas. Yo empecé a trabajar desde casa y hasta el día de hoy lo hago. Mi vida, como la de muchos, se reduce a una computadora y las paredes de mi hogar. Todos los días estoy en contacto con mi familia de Ecuador y me cuentan lo difícil que está la situación económica y también me preocupa porque Ecuador es un país que no merece la suerte que tiene. Pero bueno, por lo menos en la página de la Alcaldía de Ibarra veo los shows musicales y recuerdo los sonidos de Ecuador, eso me trae mucha nostalgia.

Pero no crean que la situación está difícil solo en Ecuador. En Estados Unidos, todos los días hay protestas, saqueos, desempleo. Además, el número de contagios se eleva día tras día, porque la gente no quiere cuidarse. No usa cubre bocas, no respeta el distanciamiento social y eso me hace pensar en que vamos a tener que seguir encerrados durante mucho tiempo más.

De alguna manera todos estamos subidos en el mismo tren, aunque en situaciones diferentes. Espero que Ecuador, salga adelante y le demuestre al mundo de lo que está hecha su gente. Amables, trabajadores, buscadores de la vida, como le decían a quien hace cualquier cosa por mantenerse activo. Dios bendiga a Ecuador.