El instinto de "PODER"

Todos los seres vivos poseen un instinto de poder que hace que se desenvuelvan y evolucionen a través de acciones, se plantean objetivos definidos por la ley de la necesidad natural. En el hombre se manifiesta además con el deseo de crear, construir y generar condiciones para su crecimiento individual.

Este poder debe ser canalizado por medio de la educación para que su talento, habilidades y aprendizaje se manifiesten a lo largo de su vida. Si el hombre no se educa, tiende a enloquecer. Educarse es una tarea primordial y de esta manera encontrar un modelo de vida.

Platón decía que, “La mejor política es con educación”. Los pensamientos, decisiones, sentimientos y acciones son más coherentes y oportunos. Una Sociedad culta, de buenos modales, se siente tranquila y en paz… discierne, compite, avanza y es libre.

El Poder, parte del Crecimiento interior, desvanece los límites de timidez o ego dando paso a un grandioso sentimiento de identidad con los demás. El hombre es fuente de facultades y ellas operan de adentro hacia afuera.  El Poder es interior y se necesitan condiciones adecuadas para que ellas surjan.

En este tiempo tan especial y sorpresivo por el confinamiento ante una Pandemia mundial, hemos tenido la oportunidad de interiorizar… cuando esto sucede, “se entienden cosas que antes no se entendían”. La sincronización entre la vida interior y exterior nos permite conocernos mejor y actuamos ante los demás en forma adecuada y correcta. La convivencia con la soledad interior genera un hábito de recogimiento. El yo externo es el reflejo del yo interno…vendrá entonces la confianza en sí mismo y la superación de los límites.

Las facultades que dan el Instinto de Poder… la fuerza, talento, propiedad, capacidad, posesiones,  haberes etc. usadas en forma adecuada, nos permitirán resolver los problemas y superar las limitaciones. Esa perfecta simbiosis de factores físicos, emocionales, mentales y espirituales, potencialmente realizados permitirá dejar huellas permanentes por donde pasemos. Viktor Frankl, sobreviviente de campos de concentración, dijo: “Tener algo por qué vivir y alguien a quien amar….es el secreto de la vida en plenitud”.

En el ámbito de las relaciones humanas y habiendo logrado la restructuración de nuestro mundo interno, debemos elevar y perfeccionar nuestra relación hacia todos los núcleos sociales: la familia, el trabajo y la sociedad en general. Las facultades personales están ahí, quietas como las teclas de un piano, esperando que se las toque para generar una maravillosa melodía, a veces triste, a veces nostálgica, pero siempre armónica. Hacer uso correcto de estas facultades nos permitirá sentirnos relajados, felices y completos.

El autoconocimiento, autoestima, como el trabajo nos permitirán conseguir los propósitos y cumplir con las metas en la vida. Como también nos habilitará para ver con claridad nuestro yo y nuestro entorno.

Creo, sin lugar a duda que el mundo sería transformado con líderes espirituales que maximicen sus facultades positivas y entreguen su talento en beneficio de la humanidad. El Carisma, cualidad mágica, es parte de las facultades y por tanto del Poder, nos permite vivir en un estado de contentamiento y relajación porque la energía fluye sin interrupciones.

Y….qué decir de la libertad, es el Poder de llevar a cabo los proyectos, cumplir con las metas propuestas y canalizar los talentos, aptitudes, instintos, magnífica vitalidad, dotes de mando,  fuerza y magnetismo personal…..con posibilidades indiscutibles de Éxito.