Legislativo

Olvidemos a los que se van… pensemos en lo que viene…

Lo único que salva al Ecuador serán futuras generaciones desarraigadas del mal ejemplo de sus antepasados políticos y económicos que hoy gobiernan el país...
viernes, 20 de noviembre de 2020 · 11:23

Las cartas están echadas y no hay vuelta atrás y por ello es importante analizar lo que se viene para el país con las próximas elecciones ya que siempre es mejor pensar en el futuro que vivir del pasado. Más aún en el caso de ecuador que ese futuro es incierto por cuanto los que ahora nos gobiernan así lo han hecho.

Hay que reconstruir mucho y es mejor empezar inmediatamente. Ecuador parece haber salido de una de esas guerras que cuentan en historia, lleno de enfermedades pandémicas, económicamente arrasado, moralmente desbastado y aún peor, sin posibilidad de encontrar un futuro mediato que sea promisorio. Una nación con este diagnóstico es caldo de cultivo para los avivados políticos que quieren pescar a rio revuelto el poder y las arcas públicas.

El gobierno que salga electo tiene muy poco tiempo para dar la vuelta a estas realidades y debe de manera urgente llamar a una constituyente para reformar puntos esenciales como el de las condenas para los delincuentes con título como ciertos fiscales y jueces que viven de la corrupción y mientras más esta aumente ellos más aumentan sus patrimonios.

Los delincuentes públicos y privados que utilizan los dineros del estado en su propio beneficio, son otros que deben estar tipificados en la ley de manera tal, que no se atrevan ni siquiera pensar en estafar a los fondos públicos.   Profesionales del contubernio y estafa se auto convocan en cada gobierno de tal forma que si se revisa la historia son los mismos delincuentes desde hace ya más de tres décadas de cruda democracia.

Nos preguntamos si en los cambios constituyentes se establecería que quien directamente juegue en su beneficio o de terceros con la justicia, la función pública y los cargos de elección popular, pierdan sus derechos ciudadanos por 10 o 15 años, sus bienes sean confiscados, las multas sean el doble del perjuicio causado y cumplan el doble de años de prisión de los normalmente atribuidos por tal o cual acto contra la ley, seguramente bajarían los delitos en cuestión de una generación. Decimos en una generación histórica por cuanto los actuales ya son incorregibles y solo futuras generaciones podrían tener conciencia limpia así esta sea impuesta a la fuerza.

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