Joan Paul Egred

La apuesta de la derecha en las próximas elecciones

Por el bien del Ecuador, esperemos que todos los candidatos respalden con actos sus promesas y palabras en el evento de que sean elegidos...
martes, 13 de octubre de 2020 · 06:30

El día 7 de octubre de 2020, se cerró el plazo para que los partidos y movimientos políticos puedan inscribir a sus candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, Asamblea; y, Parlamento Andino. Estas inscripciones están sujetas aun a varias impugnaciones y recursos que serán resueltos por el Tribunal Contencioso Electoral y solo ahí conoceremos las listas finales de todos quienes aspiran a un cargo de elección popular.

Mucho se habla de que Andrés Arauz y Yaku Pérez son los candidatos más visibles de la izquierda para la Presidencia, y que la tendencia de centro derecha está representada mayoritariamente por Guillermo Lasso, sin embargo, estoy convencido de que el análisis debe ser mucho más agudo respecto de otros aspirantes que han venido subiendo sostenidamente en la intención de voto para las próximas elecciones.

Hay un nombre que para las generaciones de los años ochenta en adelante resulta conocido, y es el de Isidro Romero Carbo. Este dirigente empresarial y deportivo exitoso, ha pasado la mayor parte de su vida aportando positivamente al Ecuador a través de la generación de trabajo y actividades productivas privadas. Es verdad que cuando meses atrás lanzó su nombre como posible candidato, menos del uno por ciento de la población lo ubicaba en el radar electoral. Con el pasar de los meses, este Riobambeño de más de setenta años ha ido escalando sólidamente en las encuestas, con un discurso sensato, directo, alejado de los apasionamientos y con la madurez de alguien que tiene claro al menos bajo su óptica, la forma en la que puede encaminar al Ecuador hacia la prosperidad.

Reflexioné mucho antes de escribir un artículo sobre un candidato en particular, para que nadie suponga que tras estas letras existe una intención publicitaria, eso sería un insulto a nuestros lectores. En realidad, a este candidato ni siquiera lo conozco en persona, pero sí lo he escuchado con atención, lo he seguido e investigado, y con la misma transparencia debo admitir que es un participante serio en la lid electoral al que no se le puede descartar como protagonista de la misma, convirtiéndose en un perfil que merece ser tomado en cuenta como una propuesta distinta y válida para esta nación que busca desesperadamente mejorar las precarias condiciones de vida en la que se desarrolla la mayor parte de su población.

El personaje que hablamos en esta ocasión, dista mucho de otras icónicas figuras de la derecha como Álvaro Noboa, que siempre fue objeto de críticas y hasta burlas por penosas e infortunadas declaraciones que en política son casi imperdonables, así como del propio Guillermo Lasso, hombre de muchos méritos, cuyo estigma es ser banquero en un país que fue desfalcado por los manejos irresponsables de la Banca décadas atrás, por lo que millones de ecuatorianos simplemente se han negado a darle el voto en elecciones pasadas. Si revisamos el recorrido político de Lasso, todo haría pensar que tiene un techo electoral que no le permite vencer en una sola vuelta, y a veces ni en dos, dejando entrever en estos momentos, que parte de su votación empieza a desplazarse a un candidato natural de esa tendencia política, Isidro Romero.

En esa misma línea de análisis hay que considerar que habrá un porcentaje ciudadano que aún no puede ser medido y que se sumará a esta candidatura, está compuesto por parte de la hinchada Barcelonista, que dicho sea de paso es la más numerosa del Ecuador y que puede encontrar en la gestión de este ex Presidente de Barcelona Sporting Club, una esperanza legítima de lo que anhela se haga al mando de un país. En el ámbito deportivo posicionó al club en un sitial importante en Sudamérica, además manejó con transparencia y honradez los recursos económicos del equipo y eso es sin duda un buen y público precedente. La política tiene en su esencia mucho de afectos y desafectos, de pasiones y odios, de sentimientos e identificaciones con causas, gustos, ideas, visiones y recuerdos, por tanto, es obvio que el mismo candidato sabe que ahí tiene un electorado que necesita despertar y acercar a su propuesta para estas elecciones.

El Ecuador requiere y más aún en estos tiempos personas con una auténtica vocación de servicio, no de más improvisados o vanidosos que buscan acumular poder o consideran que el poder político se usa en beneficio propio. Si bien hemos comentado sobre varias fortalezas de este candidato, cabe preguntarnos  con cierta suspicacia, por qué un hombre que aparentemente no necesita nada, lo quiere todo, hablando figurativamente por supuesto. Propicio es recordar en este momento uno de los múltiples pensamientos célebres de José Mujica, quien decía “hay gente que adora la plata y se mete en la política, si adora tanto la plata que se meta en el comercio, en la industria, que haga lo que quiera, no es pecado, pero, la política es para servir a la gente”. 

Por el bien del Ecuador, esperemos que todos los candidatos respalden con actos sus promesas y palabras en el evento de que sean elegidos. Esperemos que el ungido para manejar los destinos del país, sea de izquierda o de derecha lo haga bien, de modo que empecemos a dejar de lado la venganza como un modo de hacer política, y con un candidato serio, podamos reencontrarnos en el sendero del desarrollo, el libre comercio, la globalización e integración regional y mundial.

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