Alejandro Reyes G.

Exacerbación de la Hipocresía en Campaña Electoral

¿Dónde se encuentran este tipo de candidatos cuando no hay tal época de campaña?, y la respuesta seguramente desmotiva a más de uno...
domingo, 11 de octubre de 2020 · 06:50

Ojalá todos los días serían momentos de campaña electoral, con los mismos ánimos, recursos, tiempo, interés y grandes “intenciones” por ayudar a los más necesitados. Acierto que, tras esta época de pandemia, precisamente fue evidente como una gran mayoría aprovechó de la situación, tratando de incidir sobre la emergencia del caso asumiendo un discurso y afección sobre una supuesta preocupación por ayudar a las personas, cuando sus intereses claramente son otros.

Observo con mucho entusiasmo el inicio de la campaña electoral de candidatos presidenciales, asambleístas y parlamentarios andinos en las elecciones programadas para febrero del año 2021. Existe, sin duda alguna, un ambiente de incertidumbre por una campaña nunca antes vista, con complicaciones para multitudinarias manifestaciones masivas, grandes eventos y asociaciones, dada la crisis sanitaria que atraviesa el mundo.

Es entendible que durante esta época los candidatos alisten su campaña a fin de convencer a su población, desarrollar procesos políticos para darse a conocer y promover la participación electoral, sin embargo, este momento resulta ser sorpresivamente el que todos aprovechan para preocuparse por los más vulnerables, generar “programas de intervención social”, recorrer sus respectivas circunscripciones escuchando las necesidades de las personas e incluso, donar cualquier cantidad de dinero a fin de capitalizar votantes.

Este tipo de eventos causan indignación; me pregunto, ¿Dónde se encuentran este tipo de candidatos cuando no hay tal época de campaña?, y la respuesta seguramente desmotiva a más de uno. Entonces, resulta sencillo pensar en que todo se resume en una real hipocresía durante toda esta época, donde lo verdaderamente importante son los votos, porque después estos candidatos desaparecen. Asumimos una campaña sucia, llena de mentiras e insensateces, propia de la irracionalidad y el engaño. 

Seguramente coincido con más de uno al pensar que la vocación por el servicio se la ejerce primero durante nuestra vida cotidiana, demostrando un real interés por resolver, desde los más mínimos hasta los más profundos problemas de las personas, mas no engañándolas, pretendiendo ser empático, solo para alcanzar un puesto de trabajo. Debemos ser decentes con nuestros intereses, pero también consecuentes con nuestras aspiraciones, si no, únicamente nos convertimos en el aumento de ese mismo problema que pretendemos solventar a través de nuestra elección popular.

Anhelaríamos ver todos los días, meses y años, un ferviente interés de ayuda social, como si de una campaña electoral se tratase, pues seguramente, con real convicción y empatía, podríamos ayudar a quienes lo necesitan, convirtiéndonos en verdaderos agentes del cambio independientemente de la posición o aspiración en la que nos encontremos.

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