La capital de los ecuatorianos sigue a la espera del metro de Quito, una alternativa de transporte que solucionaría los problemas de movilidad en la ciudad. Con el reciente anuncio del alcalde Guarderas, se cumplen tres años de retraso en la entrega de esta obra.
El 15 de julio de 2022, el alcalde Santiago Guarderas anunció que el consorcio franco colombiano, Metro Medellín y Transdev, se convertía en el nuevo operador del metro de la capital para los próximos seis años. Sin embargo, la noticia duró apenas un mes.
El jueves por la tarde el cabildo confirmó que el convenio entre la compañía francocolombiana fue desechado por inconsistencias económicas, las mismas que fueron modificadas en las mesas de trabajo entre el Municipio y las empresas.
Uno de los concejales de la capital, Bernardo Abad y los miembros del Directorio de la Empresa Metro de Quito, confirmaron que el proceso tuvo inconsistencias en la propuesta económica de USD 108 millones, la misma que había presentado el consorcio francocolombiano.
Las autoridades aclararon que esta decisión se ejecuta para evitar problemas con los entes de control. Según los voceros de la municipalidad la empresa malinterpretó los cálculos de operación con la inflación económica del país.
Desde el año 2012 por el metro de la ciudad han pasado ocho administraciones. Algunas de ellas relacionadas con el sector transportista, como el caso de Edison Yánez Romero, uno de los dueños de la compañía de buses Translatino y mano derecha de Jorge Yunda.
Esta obra tampoco ha sido ajena a los escándalos de corrupción. En la gestión de Guarderas la Fiscalía española denunció un presunto entramado de sobornos por parte de un consorcio español para quedarse con un contrato de USD 15 millones.
El contrato fue sellado el 17 de julio de 2013, por Édgar Jácome Zambrano, quien era entonces delegado del alcalde de Quito, Augusto Barrera.