En 2005, el comandante Diógenes Munhoz, que forma parte del Cuerpo de Bomberos de Sao Paulo, atendió un hecho relativamente común para su equipo.
Una persona se había subido a una torre de transmisión de señal de teléfono celular con la intención de suicidarse.
Podría haber sido el final de una vida, pero no lo fue.
El episodio terminó por darle a Munhoz una idea que salvaría muchas más vidas a partir de entonces.
"Me di cuenta de que incluso si la persona desistía, no necesariamente el resultado era positivo", afirma.
"Nosotros, y me refiero no solo a mi equipo, sino también a los policías y profesionales que también manejan estos casos, no estábamos instruidos para preocuparnos por esa persona en profundidad. Estas salidas se tratan simplemente como una llamada más".
El procedimiento del manual, cuenta, es que "distraes a la persona y la agarras, y así acaba el incidente para nosotros. No nos preocupamos por lo que pasa después", dice Munhoz.
"Nosotros, y me refiero no solo a mi equipo, sino también a los policías y profesionales que también manejan estos casos, no estábamos instruidos para preocuparnos por esa persona en profundidad. Estas salidas se tratan simplemente como una llamada más".
El procedimiento del manual, cuenta, es que "distraes a la persona y la agarras, y así acaba el incidente para nosotros. No nos preocupamos por lo que pasa después", dice Munhoz.