Clemente Orellana

¡Una cama!

En estos días no hay camas, así tengas el dinero suficiente para pagar una cama privada, existen 150 pacientes en lista de espera...
viernes, 9 de abril de 2021 · 09:29

La pandemia de Sars-CoV-2, que produce el Covid-19, se encuentra en la segunda ola en el Ecuador y en muchos países más, en Quito estamos en la tercera  ola, hace pocas horas el hermano de mi yerno, un hombre joven de 40 años, fue contagiado por la esposa, quien tenía la infección, con una evolución desfavorable para él; perdió el olfato, el gusto, y tuvo tos, fue llevado de urgencia a las 23h00 al hospital del IESS de Carcelén, no había una sola cama para internarle en sala de clínica y peor en la unidad de cuidados intensivos, a fin de darle el tratamiento con oxígeno, paso la noche en una silla, hasta lograr trasladarle a otro hospital en las primeras horas. Yo llamé a todos los hospitales y clínicas privadas de Quito, identificándome como médico especialista, la misma respuesta en todas, no hay camas en hospitalización y peor una cama en UCI, produciendo una enorme angustia, desesperación, ansiedad, en los padres, hermanos y primos; tiene cardiomegalia grado 1 (crecimiento del corazón), ganglios pretraquiales, consolidados con broncograma aéreo basales posteriores bilaterales, lóbulos apicales conservados, una puntuación Corads 6, que es una clasificación radiológica de gravedad de una persona afectada los pulmones; un índice de severidad 16/25, con una media de 19 el paciente está más allá que aquí y una esplenomegalia, es decir el Bazo agrandado y con compromiso de la coagulación, con las plaquetas altas, el otro componente del Covid-19, que provoca trombos y coagulación intravascular diseminada. La Tomografía Axial Computarizada (TAC) es muy preocupante, con una escala alta de riesgo, la evolución ha sido muy mala, con cerca de 6 días y un total de 12 a 13 días de infección; el cuadro clínico es un Covid-19 severo en fase tres con “tormenta de citosinas”, felizmente gracias a un primo hermano muy querido del paciente, consiguió, una cama con ventilación en el séptimo piso del Hospital del Sur Enrique Garcés, en donde se encuentra con oxígeno por catéter nasal, pronado (boca abajo), en estado grave, por “neumonía” importante, pero estable, esperando la evolución favorable y que no necesite ventilación mecánica, con intubación endotraqueal, que es el cuadro más grave del síndrome de dificultad  respiratoria aguda (SDRA), que produce el Sars-Cov-2 y la administración de enoxaparina, un anticoagulante noble, administrado por vía subcutánea y que impide la trombosis generalizada, además de antibióticos, antiinflamatorios y todos los fármacos, que vienen en las guías y protocolos específicos de tratamiento de estos pacientes graves. En el presente caso la afectación de los pulmones es severa, respetando únicamente los segmentos apicales y el resto tomado por el virus, con focos de consolidación, que producen bajas en la saturación de oxígeno, el paciente desaturó hasta menos del 70 %, cuando lo normal es 94 a 97 %, sin el oxígeno, el paciente fallece. ¿Cómo se trata a un paciente que inicia con el Covid-19? El médico tratante, que debe tener experiencia en Sars-CoV-2, está en la obligación de hacer un “triaje” que es el método universal, para determinar el grado de severidad de una enfermedad y decidir el tratamiento en la casa o en régimen hospitalario, si existe la posibilidad de tenerlo en la casa, que es un 80 % de los pacientes infectados por Covid-19, se le evalúa cada 12 horas, sobre todo con el pulsióxímetro para medir la saturación, que se la hace cada 6 horas, si empieza a bajar de 90 % es un signo importante de advertencia que el paciente esta con la neumonía, haremos una TAC de pulmones y exámenes y hospitalizaremos, de acuerdo al grado de severidad, que tenga. En este caso parece que nunca tuvo un médico tratante, hubo automedicación y no existió un plan académico de tratamiento. Con las variantes y mutaciones del Sars-CoV-2, se presentan cepas nuevas, que llevan el nombre de los países en donde se han detectado, británica, brasilera, sudafricana, los contagios son mayores y la gravedad de los mismos es mayor, atacando al grupo etario de 30 a 50 años.

Con o sin dinero, tomando en cuenta que el coste por un día de estar en la unidad de cuidados intensivos de los hospitales y clínicas privadas, cuesta hasta 2.000 dólares diarios, en estos días no hay camas, así tengas el dinero suficiente para pagar una cama privada, existen 150 pacientes en lista de espera, por una cama en UCI en la ciudad de Quito, en el IESS y 107 pacientes en espera en la red del MSP,y esto se repite en todas las ciudades grandes del país, tampoco hay oxígeno en tanques y los compresores están agotados; esto significa que el sistema sanitario en las grandes ciudades del país están colapsados, desbordados, con pérdidas y muerte de decenas de médicos, que trabajan en primera línea, el resto se encuentra “agotado” por la gravedad de la pandemia. Y ¿Por qué el recrudecimiento y tercera ola de la pandemia de Covid-19? Por las incivilidades, las aglomeraciones, de carnaval especialmente y también de semana santa, las fiestas clandestinas y familiares, no hay consciencia en determinado tipo de gente, que no entiende que la pandemia no es un “chiste” no es “juego” es real y mata, con un plan de vacunación lento, todavía sin las vacunas necesarias, parece según anuncian las autoridades que llegarían un millón de vacunas de la China (Sinovac); pero es importante ver el ejemplo de Chile, que a pesar de ser el segundo país mejor vacunado, después de Israel, tuvo que confinarse de nuevo y cerrar sus fronteras por un mes por tener otra ola de contagiados, las personas se confiaron con la primera dosis de vacuna y distendieron el uso de mascarillas, lavado de manos, gel en las mismas, el distanciamiento de mínimo 2 metros, se confiaron en la vacunación y ya sabemos, que no se puede hacerlo, así tengamos las dos dosis, ahí está el presidente de Argentina infectado de Covid-19 a pesar de las dos dosis Sputnik recibidas (rusas). Las secuelas postCovid-19, en quienes tuvieron la “tormenta de citosinas” y neumonía, son cuadros de fibrosis pulmonar, que ameritan terapia respiratoria, para tratar de recuperar masa pulmonar y no depender del oxígeno. Únicamente con la instauración de “cercos familiares” impidiendo la entrada de aquellos que no están se logrará evitar el contagio del Sars-Cov-2, la pandemia de Covid-19 que produce efectos devastadores, similares a una tercera guerra mundial en todos los aspectos. El nuevo presidente y gobierno, sea quien sea, tienen la obligación de vacunar a por lo menos el 70 % de la población ecuatoriana, con las mejores vacunas y un plan estructurado, científico, técnico y sin contaminarlo con la política.

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