La rendición de cuentas, ¿una cuestión coyuntural?

La rendición de cuentas es un dispositivo de connotación hoy simbólica, a través del cual quienes toman decisiones sobre la gestión de lo público, cumplen su deber y responsabilidad de explicar a la ciudadanía sobre el manejo de lo público y sus resultados. Permite que se involucren nuevos y más actores que realizan el seguimiento a las acciones u omisiones por parte de las autoridades electas y designadas. Sirve como insumo para que los mecanismos horizontales se activen y puedan iniciar el correspondiente análisis de la legalidad o no de las operaciones. Los actores sociales se empoderan como sujetos de derechos, vigilan, controlan y exigen cuentas a las autoridades del Estado por su gestión.

La rendición de cuenta cobra importancia en la administración pública, como parte del quehacer de las organizaciones sociales en la administración pública, incorporándose en la Constitución de la República del Ecuador del año 1998 como exigencia de los actores sociales.  Posteriormente, el proceso Constituyente y la aprobación de la Constitución vigente, introdujo mecanismos, dispositivos e instituciones encargadas del delineamiento y seguimiento para el control ciudadano. Crea el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, institución que se encuentra en discusión su permanencia o extinción, entidad encargada de establecer mecanismos de rendición de cuentas de las instituciones y entidades del sector público.

Coincidiendo con Olvera cabe preguntarse, si la participación ciudadana y en el caso de la rendición de cuentas se lo debe ver como ¿una cuestión coyuntural o debe constituirse en un mecanismo potente, permanente? ¿necesita estabilizarse en normas e instituciones?, teniendo en cuenta que la participación ciudadana es una relación permanente, entre los ciudadanos quienes palpan y viven la realidad cotidiana. Cada proceso, cada acción iniciada por el Estado debería ser de conocimiento público para procurar los correctivos oportunos de ser el caso y no esperar chispazos de los medios de comunicación y las entidades de fiscalización y control del Estado para conocer de la gestión de las autoridades en la administración pública, sus acciones, efectos e impactos.

Sin ser la panacea los buzones de quejas o sugerencias colocados en las instituciones públicas del gobierno central y los gobiernos autónomos descentralizados constituían interfaces comunicativos de control ciudadano. Los ciudadanos presentan sus quejas, sugerencias, denuncias sobre el trato y/o servicio recibido en entidades públicas; convirtiéndose en una herramienta para la evaluación del desempeño de los servidores públicos. Así mismo, en las Págs. Webs. institucionales periódicamente publicaban información actualizada sobre determinados aspectos de la gestión pública. A repensar la rendición de cuentas, a convertirlo en un principio de ética democrática y de relación entre los mandantes y el Estado.