EDITORIAL

Empleo a la deriva…

Esta falta de iniciativa y abandono ha dejado en manos del sector productivo y de los empleados y sus organizaciones sindicales que busquen sus propias formas de evitar una catástrofe mayor a la que ya se está viviendo.
miércoles, 12 de agosto de 2020 · 07:00

Si, aunque parezca mentira, el gobierno de Ecuador NO tiene una política de empleo y fomento al empleo formal clara y definida.

En un manejo fiscal puramente impositivo, donde el presidente y el ministro de finanzas parece que se han abandonado a la “economía cuántica” y esperan que por arte de magia se reactive el sector productivo -para ellos objeto exclusivamente buscado para pago de impuestos y posible pequeña “caja chica”- no existen medidas ni políticas gubernamentales que respalden la recuperación de la fuente laboral y menos aún la recuperación del empresariado formal para que puedan responder a la crisis que vive el sector, alma de la economía nacional; el medio ya venía golpeado por una economía fiscal debilitada y poco coherente, seguida por una competencia de industrias extranjeras que, bien respaldadas por sus gobiernos, atacan inclementes a las ecuatorianas en cambio abandonadas a la deriva… como si esto fuera poco, cayó la famosa pandemia y las consecuentes suspensiones de trabajo por disposición gubernamental para prevenir los contagios y la propagación del coronavirus.

Aburguesado el presidente y aprovechados los ministros del ramo buscando figurar y pasear, nada o quizá muy poco han hecho por contribuir y respaldar a quienes arriesgan su capital para crear desarrollo, fuentes de empleo y bienestar para sus familias y las de sus empleados y personal de apoyo que circundan a toda industria; tampoco parece que tienen mucho interés en que el pueblo NO se muera de hambre, que las familias NO pierdan sus fuentes de sustento, que NO crezca la delincuencia ni se incremente alarmantemente la pobreza. Parece que no entienden que el desempleo y subempleo en la zona urbana han caído a índices no imaginables.

Esta falta de iniciativa y abandono ha dejado en manos del sector productivo y de los empleados y sus organizaciones sindicales que busquen sus propias formas de evitar una catástrofe mayor a la que ya se está viviendo.

De esta dejadez del gobierno puede surgir una gran campaña conjunta entre empleados y empleadores que busque rescatar al sector productivo y sus fuentes de empleo; es momento de que se deje de lado intereses personales y gremiales para buscar soluciones integrales que potencien su crecimiento y garanticen las plazas de empleo existentes y el crecimiento de nuevas.

Ya vemos que los sindicatos proponen que se creen beneficios adicionales que se obtengan con el incremento de las plazas de trabajo gremios y las asociaciones empresariales buscan formas de concretar el auto rescate del sector, mediante proyectos como el de la Cámara de Comercio de Quito que propone una colaboración solidaria entre empresas y empresarios.  

¡El sector financiero… bien gracias!

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